Tontas esperas
sin otoños dorados.
Un invierno de luz
un reflejo encantado.
Ruido a locura
en mi laberinto espejado.
Una palabra.
Un vuelco.
Recuerdos sin memoria.
Memoria sin tiempo.
No pretendo que mis letras lleguen a todos, pero si uno solo es capaz de sentir con este puñado de palabras que salen de mi alma, entonces ya está... Ese es el milagro. El laberinto de espejos donde esperamos encontrarnos alguna vez reflejados.